A mucha gente las sombras le dan un poco de miedo, y son una metáfora de las cosas que te molestarían si las vieras con regularidad o te concentraras en ellas. A algunos también les resulta bastante agradable el sol en la cara, sobre todo cuando toman el sol. Pero sobre todo nuestra imaginación crea imágenes terroríficas que se basan en nuestra mala experiencia.